El carsharing y los nuevos modelos de movilidad en grandes ciudades

Decir que la tecnología ha cambiado todos los aspectos de la vida diaria es decir algo obvio. Todos, todos los días, vemos cómo diferentes formas tecnológicas interactúan en nuestra cotidianeidad. Desde los celulares inteligentes que todos llevan, hasta cosas invisibles como el manejo del tránsito o la forma en que los prestadores de salud interactúan con los pacientes. Hoy en día no concebimos la vida sin, al menos, una mínima interacción con la tecnología. Esto es algo bueno pues aliviana la carga se antes se tenía y abre nuevas formas de afrontar los retos de la nuestra vida.

Enfocándonos en las nuevas formas de movilidad en las grandes ciudades, encontramos el carsharing. El fin de esta nueva manera de transportarse es compartir tu carro en caso de que conozcas a personas que vayan cerca, o al mismo lugar donde tú vas. Hoy en día es muy popular, pues la mente de las personas ha cambiado, ahora la gente busca formas de transportarse que sean fáciles, seguras y que, además, ayuden al medio ambiente. No es de extrañar que rápidamente se convierta en un método con el cuál muchas personas se pueden identificar.

Aunque no solamente esta nueva forma de transporte ha aparecido. Las tiendas de aplicaciones se encuentran atestadas de servicios que te permiten rentar un coche o pedir un chofer a domicilio. Este tipo de aplicaciones han cambiado, para bien o para mal, la forma en que nos movilizamos por la ciudad. La parte positiva de este fenómeno es que ya no estamos sujetos a una compañía de transporte o al servicio público, opciones que si bien eran decentes, a veces no prestaban la función que se les requería. Puedes encontrar más información aquí ColumnaCero.

No es de extrañar que existieran cientos de revueltas con la aparición de Uber. Esta es una de las tantas aplicaciones donde los usuarios pueden elegir un coche que los lleva a donde quieran, la verdad es un gran servicio pero se ve enfrentado a formas tradicionales de transporte como taxis o buses. Los primeros han salido a protestar ya que ven sus derechos vulnerados. Al entrar en servicio nuevos competidores sus ganancias se ven muy mermadas.

Este, se podría decir, es el lado negativo de las nuevas formas de movilidad. El carsharing y plataformas como Uber han llegado y las personas han visto subsanadas sus necesidades con ellas, por lo tanto cientos de personas entre taxistas y las empresas detrás de ellos se han visto afectados. Muchos de ellos aseguran que se les vulnera su derecho a trabajar. Los gobiernos locales han tenido que idea nuevas formas de lidiar con estos problemas.

En algunas ciudad, pocas pero existen los casos, se ha prohibido plataformas como Uber, abogando a que ya existen formas de transporte suficientes y que lo demás se considera ilegal. Las nuevas tecnologías revolucionan, para bien o para mal, conceptos establecidos que creíamos inamovibles. En el pasado acciones como las de pedir un coche y que llegara a tu casa parecían lejanas e incluso absurdas.

Si nos ponemos a pensar, estos últimos años todos hemos tenido que modificar nuestra forma de ver el mundo, no solamente en el sector del transporte, que también, si no es aspectos de la existencia como la salud, la comida o los viajes. Aspectos que creíamos ya explorados hasta la saciedad se reinventan y no es extraño que en terreno del transporte pase lo mismo. Los desmanes y problemas acaecidos por las nuevas plataformas son un reflejo de ese cambio que se efectúa en la sociedad y la vida en general. Nuestro deber es optar por la mejor opción, seguir nuestros principios adaptándolos a este mundo cambiante en que vivimos hoy en día.