Para qué sirve y por qué es importante la comunicación en una empresa

La comunicación es fundamental a nivel social a todos los niveles para una buena integración y desarrollo. En el caso de las empresas, resulta especialmente importante para poder conseguir todos los objetivos de la organización de manera efectiva, así como para dar a conocer la empresa a su entorno. A continuación revisamos para qué sirve y por qué es tan importante la comunicación en una empresa. Sigue leyendo para valorar todos los puntos positivos de la comunicación eficiente para las empresas.

Para qué sirve la comunicación: su importancia en una empresa

Como indicábamos en la introducción, la comunicación es clave en todo tipo de actividades organizadas, siendo fundamental para que éstas puedan funcionar de manera eficiente desarrollando adecuadamente todas sus facetas. Todas las actividades humanas tienen que ver con la comunicación. De esta manera, las empresas deben tener claro que implementar una buena comunicación es fundamental, sobre todo ahora, cuando las empresas son cada vez más complejas y han ido diversificando su área de influencia. La comunicación es vital para garantizar el buen desarrollo de las empresas, sobre todo en un entorno claramente competitivo, en el que cuidar al máximo la comunicación a todos los niveles puede marcar la diferencia entre una empresa en la que todos sus trabajadores saben mirar en conjunto por un objetivo común y otra en la que resulta imposible coordinar cualquier tipo de proceso o acción. Del mismo modo, la comunicación a nivel externo resulta importante para las empresas, que de otro modo no podrán comunicar su razón de ser, llegar a sus clientes ni posicionarse de manera eficiente en su rango de acció.

En la actual era digital, las redes sociales permiten interacciones a velocidades enormes, y es por ello que la comunicación en las empresas se torna todavía más importante. La comunicación mejora a todas las empresas a nivel competitivo, así como también la manera en que se pueden adaptar los cambios que se producen en el entorno para lograr los objetivos propuestos es un inicio.

Del mismo modo, al existir una comunicación eficiente en la empresa, los trabajadores se motivan más, se comprometen más y se implican más en las tareas corporativas, consiguiendo crear un clima de trabajo mucho más enfocado hacia los objetivos de la empresa. Dentro de la comunicación de la empresa podemos diferenciar entre comunicación interna y comunicación externa, ambas especialmente importantes para el buen desarrollo de cualquier negocio, y cuyas características presentamos a continuación.

La comunicación interna tiene lugar dentro de la empresa, entre las personas que forman parte de ella, mediante los canales formales como pueden ser las reuniones o el correo electrónico como también a través de las redes sociales y de las relaciones personales que tienen lugar entre los distintos empleados. De hecho, en muchas empresas no se le da a este tipo de comunicación la importancia que merece, y esto es un error, porque, como nos han explicado los profesionales de Viviendodelcuento.net, es fundamental fomentar este tipo de comunicación y la participación y también el compromiso de todos los empleados.

Resulta fundamental fortalecer la identidad corporativa de la empresa también a nivel interno, conseguir que todos los trabajadores se sientan implicados con ella y trabajar juntos para poder lanzar a los clientes y potenciales clientes la mejor imagen corporativa posible. En este punto, es importante tener en cuenta que con la tecnología disponible actualmente es posible implantar nuevos sistemas que permitan la optimización de la comunicación interna a costes bajos. En la actualidad, todas las organizaciones que de verdad quieran mejorar sus relaciones públicas a nivel interno deben trabajar por crear unos eficientes sistemas de redes sociales que permitan canalizar los mensajes más importantes de manera eficiente.

Por otro lado, para las empresas también es muy importante cuidar al máximo la comunicación externa implementando para ello eficientes planes. La importancia de la comunicación externa radica en la capacidad de que la empresa podrá aprovecharla para proyectar y reforzar en gran medida su propia imagen. Esto puede hacerse comunicando bien a los potenciales clientes, a los ciudadanos, a los clientes y a la administración pública. De esta forma es posible dar a conocer todas las actividades y proyectos de la empresa focalizándose en las personas a las que quieran dirigirse para lograr una eficiente interacción de estos grupos de interés con la empresa.

La comunicación externa es, por tanto, una herramienta estratégica fundamental para que las empresas puedan posicionarse con garantías en el mercado, pero no limitándose únicamente a ofrecer mensajes publicitarios, sino construyendo esta comunicación en base a una forma de comunicación totalmente integral, que se base en la agilidad de respuesta a las opiniones y menciones positivas y negativas, trabajando para afrontar las crisis de manera eficiente a nivel comunicativo.

Los planes de comunicación externa para las empresas deben tener en cuenta las estrategias de comunicación más necesarias para poder implementar el plan hacia un público objetivo determinado. Deben valorar también la imagen ideal de la empresa que se quiere transmitir a la opinión pública, la imagen de la empresa que se percibe dentro de su sector o rango de influencia y la definición de la identidad corporativa de la empresa y su comunicación de manera eficiente.

Para implantar los sistemas de comunicación interna y externa se requerirá inevitablemente de actuaciones pensadas para la renovación de la cultura de la empresa. Se tendrán que trabajar las habilidades de comunicación horizontal y habrá que implicarse de manera directa a todos los niveles y desde todos los sectores de la empresa para que todo funcione bien. Finalmente, las acciones se tendrán que canalizar combinando formación presencial interna en distintos departamentos, desarrollando procesos y actividades concretas e impulsando todo el proceso comunicativo para poder alcanzar de manera eficiente los objetivos previamente definidos.