FP Dual para empresas: qué es y qué beneficios aporta

La formación es un aspecto clave de la sociedad. El sistema educativo ha ido evolucionando mucho a lo largo del tiempo, y no me refiero solo a los numerosos cambios legislativos que ha habido en los últimos años, sino en la concepción misma de la educación. La formación es muy importante porque permite a los estudiantes adquirir habilidades y desenvolverse mejor en un puesto de trabajo, y lo mejor de esto es que hoy en día existe semejante oferta que los jóvenes pueden elegir libremente, la mayoría de las veces, a qué dedicarse.

Normalmente, al acabar la Educación Secundaria Obligatoria, se puede optar por diversas vías. Se puede dejar de estudiar, continuar con los estudios de bachiller o entrar en un ciclo formativo. Los ciclos formativos son cursos de dos años en los que forman al alumnado desde un punto de vista mucho más práctico y menos teórico, preparándole desde el minuto cero para comenzar a trabajar en el puesto que ellos deseen. Existen muchos cursos formativos dentro de distintas áreas: imagen y sonido, telecomunicaciones, informática, administración de empresas… y todos ellos están específicamente enfocados a formar al alumnado de la forma más práctica posible, acostumbrándoles a ejercer el puesto y no solo aprendiendo teóricamente las bases.

Todo ciclo formativo finaliza con un período de tres meses en los que los estudiantes trabajan en empresas para conocer en qué consiste realmente el puesto y ver cómo se desenvuelve en él. No obstante, existe una opción mucho más completa que puede ayudar a mejorar mucho las habilidades de un alumno, y es lo llamado FP Dual.

Qué es la FP Dual y para qué sirve

La FP Dual es un método de aprendizaje que consiste en que el alumno asiste a las clases del módulo, que suelen estar establecidas únicamente en horario de mañana, y por las tardes hace prácticas en una empresa desde que comienza el curso. Optar por la FP Dual no exime al alumno de realizar las prácticas trimestrales de final de ciclo, pero permite que, en lugar de estar solo tres meses desenvolviéndose en el puesto de trabajo, adquiera más práctica gracias a que dedica dos años a ello.

Se trata de un método para mejorar la formación del alumnado, y es siempre recomendable. Las empresas pueden contar con una ayuda extra, mientras ayudan a su formación, y el estudiante puede aprender mucho más sobre el mundo que él ha elegido. Es, desde mi punto de vista, la mejor opción para cualquier persona que se esté planteando un módulo. Lo cierto es que no todos los centros de formación profesional tienen este tipo de acuerdo. Los hay que sí, que ofrece a sus alumnos la posibilidad de hacer prácticas en un centro de trabajo desde el comienzo del curso, para que así puedan aplicar los conocimientos que adquieren en el módulo en una empresa de verdad.

El estudiante adquiere más formación que aquel que decide no optar por la FP Dual, y estas prácticas pueden abrirle muchas puertas ya que se refleja en su currículum como experiencia laboral (fuente). No obstante, se trata de un beneficio bidireccional, ya que no solo se beneficia el alumno, sino también la compañía.

Las empresas que crean un convenio de FP Dual con centros de formación profesional también pueden favorecerse de estos contratos, ya que tienen la oportunidad de formar a un joven desde cero en la metodología de su empresa, por lo que, cuando este finalice sus estudios, será el candidato más acertado para cubrir un puesto de trabajo. Además, si en un principio se le adjudican tareas fáciles, puede ayudar a descargar trabajo de otros empleados, por lo que la empresa puede fluir mejor mientras se tiene a un alumno en prácticas.

Tal y como yo lo veo, crear un convenio de FP Dual con centros de formación es una ventaja para la empresa, especialmente si esta está en expansión. Es muy fácil conseguir la información necesaria para crear este tipo de convenio, y no hay ciclo formativo que no se vea beneficiado por ello. Así que si tienes una empresa, te recomiendo valorar esta opción.