Los comercios y supermercados son espacios en los que, por regla general, siempre podemos encontrar gente. Y es que, en el caso concreto de los supermercados, todos tenemos que pasar por ellos al menos un par de veces o tres por semana para poder equiparnos con los alimentos o bebidas que vamos a consumir.
Los comercios y tiendas, de igual manera, suelen estar bastante confluidos también con la presencia de consumidores que acuden a ellos para comprar artículos que necesitan, comprar regalos, etc.…
Por ello, en todo este tipo de establecimientos es fundamental que exista un sistema de organización estupendo para poder atender a los clientes de forma correcta, no olvidar las cosas y trabajar de manera más rápida y eficiente. A continuación, te explicamos cuáles debe ser las características básicas de un software TPV para comercios. ¡Comenzamos!
Características de un buen TPV para comercios
Las características básicas de un TPV para comercios, como indicaba más arriba, deben centrarse en mejorar la organización y agilizar el trabajo de los empleados con funciones que de otra forma requerirían bastante más tiempo. Un buen software de TPV debe ser capaz de gestionar el pago de los clientes con tarjeta, debe poder contabilizar el dinero que tenemos en nuestra caja de seguridad, pero también de mostrar información a los clientes en las pantallas de la caja.
Si hacemos un poco más de incisión, el buen TPV debe ser, en primer lugar, fácil de usar y de aprender ya que, en ocasiones, nos encontramos con aparatos tan complejos que nos quedamos con las opciones simples de cobro y, por consecuente, no obtenemos el rendimiento que deberíamos.
Con un buen TPV tendremos, así mismo, la posibilidad de gestionar nuestro comercio de forma mucho más efectiva, ya que podremos realizar las ventas, las compras e, incluso, conocer el cuál es nuestro inventario, qué tenemos y qué debemos solicitar a los proveedores. Y es que las nuevas tecnologías se han abierto paso en prácticamente todos los lugares. Teniendo digitalizado nuestro negocio y con un buen TPV podremos saber si los productos se han acabado y cuántos necesitamos, entre otras. Aunque todo depende del comercio que tengamos, ya que, en el caso de una frutería, por ejemplo, es más complicado de contabilizar.
Siguiendo con el análisis, es fundamental que un buen TPV para comercios nos proporcione información sobre las características de los productos. Esta es una de las opciones más importantes para la mayoría de los comerciantes (fuente: https://www.glop.es/programa-tpv-comercios/). El TPV debe ser capaz de organizar los productos de la forma más intuitiva posible para que no tengamos problema a la hora de buscarlos, esto puede ser por categorías, por grupos de familia, por tipos, por proveedores, marcas, etc. De esta forma, si no encontramos el producto que buscamos de una forma, lo encontraremos de otra. También es importante que el TPV nos ayude a gestionar la etiqueta de precios, las etiquetas de los códigos de barra y las de los envases, rebajas o promociones, entre otras.
Así mismo, si el TPV incluye la función de realizar informes, podremos saber, por ejemplo, cuáles son los productos que más se venden y cuáles los que no. Normalmente estos se suelen gestionar desde la página web y son de gran utilidad para evitar pérdidas en nuestro negocio y aumentar las ganancias de manera considerable.
Fidelización de los clientes
No debemos olvidarnos de este aspecto que resulta de grandísima utilidad puesto que en cualquier comercio los clientes son lo más importante. La opción de fidelizar a los clientes nos ayuda, por ejemplo, a recopilar sus datos —siempre que ellos quieran facilitárnoslos—, como el email, para poder registrarlos en nuestra base de datos y crear acciones encaminadas a aumentar las ventas como ofrecerles descuentos especiales por formar parte de nuestra red y ofrecerles todo tipo de bonificaciones en las cuales todos salgamos ganando.
Así mismo, recopilar los datos de los clientes, como su edad y sexo, nos puede ser de gran utilidad, también, para generar estadísticas y obtener informes con información de qué productos suelen consumir los jóvenes, cuáles los adultos, cuál es el perfil predominante en nuestro establecimiento, etc.